Mis queridos amigos Francisco Arévalo
y Patricio Menares
Quiero expresarles mi gratitud por
los maravillosos momentos que me hicieron vivir días atrás.
Ustedes pusieron mi corazón a prueba.
Habrán dicho entre ustedes….
“Llevemos al viejo Lobato para que vea lo que hemos hecho y le ponemos su
nombre a la clínica”
Gracias muchachos.
Me sentí con el ego por las nubes
durante unos momentos.
Pero aterricé muy pronto con una
satisfacción inmensa y con una alegría que gozo desde mi interior hasta lo
máximo que puede resistir un ser humano.
Y que tocó también fuertemente a las
fibras de mi familia.
El Trofeo es hermoso.
Lo comparto con todos los jueces que
me demostraron afecto y cariño ese día.
Quisiera que ustedes recuerden esta
clínica como un acto de generosidad emocionalmente recibido.
Por haber hecho un reconocimiento a
alguien que amó el Básquetbol y le dedicó una parte importante de su vida a sus
afanes.
Pero quisiera unir a mi nombre, en
este homenaje a todos los árbitros con los que compartimos juntos tantos años
esta pasión deportiva.
La mayoría de ellos ya no están con
nosotros, pero su recuerdo estuvo presente en mi corazón ese día.
Y también a los que fueron nuestros
maestros.
Porque el básquetbol, como la vida,
es un continuo y en el amor a esta actividad estamos hermanados hombre de
distintas generaciones que cada uno en su momento hizo su contribución con
amor, esfuerzo, entusiasmo.
Francisco Arévalo y Patricio Menares
…. Ustedes fueron los arquitectos de
este renacer de los jueces.
Por muchas razones.
Definieron un marco ético renovado,
basado en valores como disciplina, enseñanza técnica, preparación física,
amistad sin envidia y a todos le fijaron una meta.
Superación máxima para que todos
lleguen a lo más alto del arbitraje.
Lo que hicieron es inyectarle sangre
para que sepan lo que es ser Juez de Básquetbol.
Las dos damas, técnicamente muy bien
preparadas.
Estaban siendo controladas por un
técnico FIBA y demostraron calidad y prestancia en el campo de juego.
“Sin dejar de ser mujer, fueron
ejemplo para un millón de hombres”
Me dio gusto ver a los muchachos
impecables, todos representando muy bien al referato chileno.
Técnicamente bien preparados.
Esto es el reflejo de la gran labor
de ustedes, que ya empieza a mostrar resultados
Tienen futuro.
Tener siempre presente las palabras
del poeta….
“Caminante … No hay camino …. Se hace
camino al andar”
Es duro, pero gratificante
No
imposible si existe hambre.
Hambre de llegar y triunfar.
Pancho y Pato, gracias por este honor
que para mí fue inmenso.
Sinceramente
Félix Lobato Barrera