Cuando los niños comienzan a jugar baloncesto a temprana edad, se le debe brindar la oportunidad de pasar por experiencias positivas. La gran mayoria de los niños lo que desean es divertirse y hacer amistad. Estos desconocen el valor de la victoria y derrota. Somos los adultos y los padres que fomentamos el ganar bajo cualquier consideración. Es aquí donde las experiencias negativas comienzan a alejar a los niños del deporte.
Varios meses atrás salío en la portada de un periódico una noticia referente al trato cruel que reciben los niños en el deporte por parte de los entrenadores.
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Días después, el New York Times resaltó el serio problema de violencia por parte de los entrenadores durante los juegos de los niños. El artículo reporta que posiblemente un 30% de los niños en un juego reciben abuso verbal y físico por parte de los entrenadores y de los padres.
Se especula que ese porciento señalado puede ser mucho más alto. La semana pasada se reportó que un padre atacó a su hijo en el medio del partido de baloncesto porque su hijo no se estaba empleando bien el juego. Otro padre castigó a su hijo porque su equipo perdió su juego por haber fallado un tiro libre.
Todos los días se oyen noticias de horror sobre este serio problema.
El deseo de ganar a toda costa nos motiva y conduce a todo entrenador a utilizar cualquier medio para obtener la victoria, olvidándose del proceso de enseñanza que hay que desarrollar para lograr un impacto positivo en los niños y una mejor formación.
Muchos de los expertos en este campo están de acuerdo en que esta deplorable situación tiene que cambiar, este cambio debe ocurrir en primera instancia en el nivel local, donde los entrenadores, padres y jugadores estén en constante comunicación y presente en todos los partidos.
Estamos de acuerdo y creemos firmemente que el deporte en niños es para divertirse y gozar. Tanto los entrenadores como los padres son los responsables directos de trabajar unidos para lograr eliminar o cambiar esa imagen del deporte que va en deterioro dentro de sus propios hijos. Es altamente recomendable orientar a los padres antes de comenzar cualquier competencia para brindarle orientación sobre su comportamiento durante el juego.
Una buena relación entre padres positivos y entrenadores positivos podrián ayudar para asegurar que el deporte sirva de experiencia positivas para los jóvenes. Mientras la temporada de baloncesto progresa, los padres podrián convertirse en el mejor aliado del entrenador sirviéndo de mucho valor para el equipo.
También se puede lograr que padres y entrenadores que han tenido grandes problemas a través de la comunicación puedan eliminar las desavenías estableciendo un gran ejemplo para beneficio de sus hijos.
Es muy importante que desde el comienzo haya una relación abierta y una clara comunicación entre los padres y el entrenador, para erradicar el problema.
Es altamente recomendable tener una reunión pre-temporada entre los entrenadores y los padres. En esta reunión el entrenador debe explicar la filosofía de la liga, el programa y sus objetivos al igual que su filosofía personal, junto con sus prioridades y metas.
Durante esta reunión es importante discutir las expectativas que tienen los padres con el entrenador y viceversa. Todas estas expectativas pueden formar parte de un Código de Conducta para Padres y Entrenadores adaptadas en la ligas o torneo que participen sus hijos.
Entendemos que buscar la solución a este vergonzozo problema es de vital importancia y de óptima prioridad para cualquier organización o persona envuelta en el desarrollo de los niños en cualquier deporte. Es obligación de toda institución, organización que fomenta el baloncesto velar que la competencia tenga un objetivo claro y definido, eliminando el triunfo como única prioridad.
Este espiral de violencia en el deporte, solamente la podemos combatir con el propio deporte, el baloncesto es un gran vehículo que desarrolla carácter, disciplina, amistad, control y es una gran escuela para todos sus participantes. No olvidemos que el baloncesto es educación, salud, respeto y un gran vehículo para el desarrollo físico y mental de todas partes.
Ante esa realidad es fundamental la preparación y capacitación de entrenadores para ayudar a la formación integral del niño que participa en el baloncesto.
No olvidemos conocer y respetar el derecho de los niños.
El niño debe ser respetado como niño y no exigirle como adulto.
Por: Victor "Vitito" Ojeda
Sobre el autor:
Uno de los entrenadores de mayor trascendencia tanto en el baloncesto puertorriqueño como a nivel internacional, propulsor de un nuevo baloncesto y la voz de los entrenadores de América ante la plana mayor del baloncesto mundial, el Sr. Víctor “Vitito” Ojeda fue entrenador del Equipo Nacional de Puerto Rico en el 1978 y posee uno de los porcientos de victorias más alto en la historia del baloncesto puertorriqueño.
Fuente: http://www.fibaamericas.com
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